Del proyecto hemos hablado con el estudio PRINCIPIOATTIVO Architecture Group de Milán, de Luca Bigliardi y Daniela Dafarra, que cuenta en su Reference Book con numerosas intervenciones en el patrimonio construido. Pero esta vez el destino del edificio marca la diferencia.
El proyecto tiene una importante misión social, que viene de lejos…
Cascina Monluè es un proyecto de rigeneración urbana con un alma profundamente social que hemos soñado, ideado, realizado y acompañado desde sus primeras fases. El objetivo inicial era devolver la vida a la cascina del siglo XIII, recuperando los valores comunitarios de los frailes Humiliati y creando un polo de inclusión y participación, un lugar donde la cultura, la solidaridad y la sostenibilidad se encontraran para favorecer el bienestar de la comunidad. A través de la colaboración con asociaciones, entidades del tercer sector y organizaciones locales, el proyecto ofrece espacios y servicios capaces de responder a las necesidades de diversos segmentos de la población, con especial atención a la fragilidad y la marginalidad. Cascina Monluè se ha convertido en la “corte del bien común” donde encontrar acogida, oportunidades y sentido de pertenencia, promoviendo la cohesión social y el diálogo intergeneracional.
¿Fue vinculante trabajar sobre la tipología y la arquitectura histórica de los asentamientos lombardos?
La cascina, organizada en torno a un amplio patio central —actualmente aún propiedad del Ayuntamiento de Milán y, por tanto, no objeto del proyecto de rehabilitación—, mantiene la impronta de la estructura histórica y su evolución a lo largo de los siglos, sobre la cual hemos trabajado integrándola con soluciones modernas. No una limitación, sino la oportunidad de repensar esa espacialidad que confirma su modernidad. Internamente, los espacios se han distribuido para albergar una posada solidaria, salas polivalentes para eventos culturales y formativos, casa-familia, comunidad para menores y para solicitantes de asilo, y una residencia inclusiva, además de áreas dedicadas a asociaciones y talleres creativos. La distribución de las plantas tuvo como objetivo crear un equilibrio entre lugares de encuentro, acogida y cultura, convirtiendo la cascina en un punto de referencia para la comunidad local y un símbolo de inclusión e innovación.
Un trabajo atento a las soluciones espaciales y a las elecciones constructivas bajo el signo de la contemporaneidad…
Las intervenciones han preservado las estructuras originales, consolidándolas con técnicas actuales. La elección de los materiales se ha guiado por la sostenibilidad y el respeto a las preexistencias: se optó por elementos en seco como paredes y falsos techos de yeso laminado, suelos flotantes y sistemas de instalaciones a la vista. Se ha prestado especial atención a la interacción entre las partes históricas, recuperadas y refuncionalizadas, y los volúmenes que se han añadido y reconstruido, con elementos de revestimiento que dialogan con el contexto pero mantienen una identidad tecnológica diferente, útil para evidenciar la evolución de la arquitectura de este lugar tan singular. Estas intervenciones, combinadas con un diseño sobrio pero funcional, devuelven a la comunidad un edificio que une pasado y futuro, encarnando los valores de sostenibilidad e inclusión.
Todas las elecciones responden a los parámetros más estrictos de ahorro energético y al uso de materiales de bajo impacto ambiental. El proyecto también tiene en cuenta los principios de accesibilidad universal, en línea con la normativa europea y nacional, para garantizar espacios accesibles para los usuarios más diversos. Estas elecciones confirman la convicción de nuestro estudio sobre la posibilidad de desarrollar un modelo de r regeneración urbana sostenible e inclusiva.
¿En qué espacios de la Cascina habéis colocado los productos Ragno y cuáles fueron las motivaciones de la elección?
La elección de las superficies Ragno dentro del proyecto surge de dos factores. En primer lugar, el encuentro “Cascina Monluè la corte del bien común Onlus” con el Grupo Marazzi, que llevó a la empresa a compartir los objetivos, valores y necesidades del proyecto y a querer invertir y coinvertir en su realización. Por otro lado, la voluntad de nuestro estudio de encontrar socios italianos con quienes desarrollar y compartir los valores de sostenibilidad ambiental y también social.