El Grupo en el Foro de Sostenibilidad de Il Sole 24 Ore: cerámica que regenera el territorio

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Con motivo del Foro Sostenibilidad de Il Sole 24 Ore, uno de los eventos más importantes en Italia sobre temas ESG, que se celebró en el Auditorium della Tecnica en Roma, el Grupo Marazzi presentó un proyecto que reúne empresa, arquitectura y medio ambiente: el Parco Lineare de Sassuolo, un proyecto de regeneración urbana que transforma un muro industrial en una barrera vegetal entre la fábrica y la ciudad.
El director general Leonardo Tavani y el arquitecto Dario Costi (Studio MC2 AA), en conversación con el periodista Gianluca Dotti de Il Sole 24 Ore, explicaron cómo el proyecto se ha convertido en un símbolo de sostenibilidad y de conexión con el territorio.

90 años en el corazón de Sassuolo

Gianluca Dotti: Director Tavani, Marazzi celebra este año sus 90 años. Usted nació y creció en Sassuolo, una ciudad que se identifica con ustedes y que han contribuido a transformar. ¿Cómo ha evolucionado esta relación con el territorio?

Tavani: Somos una empresa nacida en Sassuolo, hoy presente en 146 países, pero siempre profundamente arraigada en esta región. Todo comenzó en los años 30, cuando nuestro fundador Filippo Marazzi, que tenía una tienda de ultramarinos en el centro de la ciudad, vio el potencial de la cerámica no solo como material funcional, sino como expresión de belleza, innovación y desarrollo para la comunidad.
De esa primera fábrica nació una historia sólida, hecha de crecimiento, trabajo y raíces profundas.

Con el tiempo, este vínculo se ha fortalecido y hoy encuentra una nueva forma en el parque lineal de Sassuolo, un acto concreto de regeneración urbana y de conexión entre la industria y el territorio a través de una barrera vegetal.
Para honrar nuestros orígenes, también hemos restaurado la Drogheria Roteglia este año, el lugar donde todo comenzó: un espacio simbólico que cuenta de dónde venimos y quiénes somos. El parque lineal, junto con esta restauración, representa la continuidad entre los orígenes de Marazzi y su visión de futuro.

Transformar un muro en jardín

Gianluca Dotti: Arquitecto Costi, ¿cómo nació el proyecto y qué significa para Sassuolo y el distrito de la cerámica?

Costi: El proyecto nació de un diálogo con Marazzi, en el marco de un estudio más amplio sobre la regeneración urbana y medioambiental del distrito cerámico. Cuando comenzamos a reflexionar sobre la relación entre la fábrica y la ciudad, surgió la idea de transformar el muro perimetral de la empresa en un parque lineal.
Es un gesto sencillo pero revolucionario: demoler un muro de hormigón y reemplazarlo por un jardín urbano de casi un kilómetro de largo, significa cambiar el aspecto y la percepción de todo un barrio.

El proyecto persigue varios objetivos: promover la renaturalización del suelo, mejorar la calidad del aire, absorber las aguas pluviales y devolver a la comunidad un lugar de encuentro y bienestar.
Miles de plantas crean una barrera natural que reduce el ruido y las partículas finas, mientras que la nueva valla ligera redefine el límite entre la industria y la ciudad de una manera más armoniosa.

También nos inspiramos en el trabajo del gran fotógrafo Luigi Ghirri, que en los años 80 describía la cerámica Marazzi como el “decorado de la vida”. Hoy, las grandes losas cerámicas suspendidas entre la vegetación reavivan esa visión poética, convirtiéndose en símbolo de un nuevo equilibrio entre naturaleza, arte e industria.

Un proyecto que ya ha conquistado a la comunidad

Gianluca Dotti: ¿Cómo ha reaccionado la ciudad ante esta transformación?

Costi: Con entusiasmo. Quienes viven cerca del sitio de producción salen de sus casas y ven un parque en lugar de un muro: es un cambio que tiene un impacto inmediato en el bienestar y el orgullo del barrio.
Existe una participación espontánea y positiva: la gente se detiene, pasea, observa el crecimiento de las plantas, conversa con quienes trabajan en el proyecto. Esto demuestra que la sostenibilidad, cuando es visible y compartida, genera confianza y sentido de pertenencia.

La sostenibilidad como cultura empresarial

Gianluca Dotti: Director Tavani, el parque es un símbolo concreto, pero la sostenibilidad en Marazzi forma parte de un compromiso más amplio. ¿Cómo la interpretan en su trabajo cotidiano?

Tavani: Para nosotros, la sostenibilidad no es un proyecto separado, sino un componente estructural de nuestra identidad. Es una forma de pensar y actuar que involucra a las personas, los procesos y el territorio.
Buscamos transformar los principios y valores en acciones tangibles capaces de crear un valor real y duradero.

En el 16º Informe de Desarrollo Sostenible del grupo Mohawk Industries, describimos un recorrido concreto: la colección Terramater, realizada con 60 % de materiales reciclados; un aumento del 26 % en horas de formación para los empleados; el programa Peopleness, dedicado al bienestar de las personas; el uso creciente de energías renovables y el reconocimiento Top Employers por noveno año consecutivo.
Estos resultados muestran cómo innovación y responsabilidad pueden coexistir, generando valor para la empresa y para la comunidad.

Para Marazzi, la sostenibilidad pasa también por la colaboración: trabajamos con las instituciones, los socios y los ciudadanos, porque solo construyendo juntos podemos dar fuerza al futuro. El parque lineal es una prueba de ello: un proyecto nacido del diálogo entre el sector público y privado, que reúne arquitectura, paisaje y participación.

Un lugar para vivir todo el año

Gianluca Dotti: ¿Cuándo estará terminado el parque y cómo será accesible para la ciudad?

Costi: El parque ya es parcialmente accesible y estará terminado el próximo año. Ha sido concebido para evolucionar a lo largo de las estaciones, con plantaciones que cambian de color y forma durante todo el año.
Entre las instalaciones cerámicas y la vegetación, se convertirá en un lugar para observar y vivir el barrio de una manera nueva.

Tavani: El proyecto ya está transformando el rostro del barrio: la calle está más animada, la gente se detiene, pasea, recoge flores, admirando un jardín en lugar de un muro. Es la prueba concreta de cómo un gesto arquitectónico puede regenerar un barrio y crear un nuevo sentido de pertenencia.

Vea el vídeo de la entrevista.