Cuando el interiorismo y la cocina hablan italiano: proyecto de un restaurante en Limerick, en Irlanda
07 Junio 2018
Como en la moda, en el interiorismo el estilo se construye a partir de los detalles. Los colores, los materiales, las texturas, sabiamente combinados en un proyecto, pueden crear, en un espacio interior, una verdadera escenografía, capaz de seducirnos y sumergirnos en una atmósfera de lo más sugestiva.
Esto resulta ser todavía más cierto cuando se trata de lugares ligados a la historia, en los que las huellas del pasado —que se asoman entre las desconchaduras de las paredes y las empañaduras de los cristales— han de ser reconocidas y valorizadas.
La selección de los nuevos elementos que combinar con los viejos suele ser más bien compleja, y debe realizarse teniendo en cuenta sobre todos dos factores específicos:
Algunas colecciones de pavimentos y revestimientos de Ragno demuestran poder satisfacer estas exigencias proyectivas. Te las explicamos refiriéndonos a un caso concreto.
Suroeste de Irlanda, Limerick, a escasa distancia de la desembocadura del río Shannon. Aquí abre sus puertas a un público amante de lo italiano La Cucina Centro, restaurante gemelo de La Cucina de Castletroy. En el menú predominan numerosos platos de pasta y tipos de pizza, servidos en un ambiente cálido, informal y acogedor.
Pero, de los muchos elementos que presenta, ¿cuáles lo connotan y lo hacen reconocible?
El primero, sin duda, está ligado a la voluntad del proyectista, el interiorista Tullio Orlandi, de conservar el envoltorio exterior y vincularlo estilísticamente al interior con el empleo de ciertos acabados y colores: tonos oscuros en la escala de los grises, contraste entre negro y blanco, efecto yeso sobre pizarra, piedra rústica y revestimientos aparentemente no acabados, que sugieren una conceptual evolución estética del espacio, realizados combinando los azulejos hexagonales de la colecciónRewind de Ragno.
Las coloraciones de Rewind que se han escogido —Peltro y Corda— caldean visualmente el contraste entre los tonos claros y los oscuros, suavizándolo y haciéndolo íntimo y apacible. Los azulejos, además, acogen sobre su superficie un delicado velo que dialoga con el pasado revelando las huellas fascinantes y emocionantes del transcurso del tiempo y de los gestos repetidos a diario.
El revestimiento de la pared, para terminar, juega con las superposiciones: los azulejos hexagonales en parte parecen ocultar lemas y ocurrencias escritos con tiza sobre la pizarra, remitiendo al logo trazado sobre la amplia cristalera de acceso al restaurante.