El gres porcelánico llena de color y texturas las superficies del dormitorio
05 Noviembre 2020
Estamos acostumbrados a asociar el gres porcelánico y la cerámica a ámbitos del hogar en los que, por su función específica, prestaciones técnicas tales como la resistencia y la durabilidad son prioritarias: el baño, la cocina, los espacios exteriores.
La evolución estética y decorativa de estos materiales, sin embargo, ha llevado a resultados de tal excelencia que hoy se ha replanteado su papel para brindar soluciones de interiorismo y arquitectura. Ahora también se emplean para solar pavimentos o revestir paredes e incluso muebles y elementos decorativos fijos, circunstancias en las que el aspecto tecnológico, aun siendo importante, no ocupa el primer puesto en la clasificación de las exigencias.
Pongamos un ejemplo concreto dirigiéndonos virtualmente a uno de los dormitorios de una vivienda cualquiera. Dando las espaldas a la puerta, abarcamos con la mirada todo lo que se encuentra ante nuestros ojos: una ventana por la que penetra una suave luz natural, la manta preferida abandonada a un lado de la cama, y las almohadas, cada uno de cuyos pliegues ilustra el placer del descanso nocturno. En una palabra – o mejor, en dos— todo esto se puede definir como calidez doméstica.
Muchas colecciones de Ragno hallan su inspiración en esta misma expresión clave y desarrollan propuestas de interiorismo que articulan en gres porcelánico unas referencias matéricas y emocionales muy concretas.
Si nuestra idea de dormitorio, por ejemplo, está más bien ligada a la tradición, el gres de imitación de la madera de Woodliving, Woodmania o Woodsense sabrá traducirla en superficies modernas con múltiples evocaciones: el encanto de los materiales gastados por el uso, las suaves variaciones cromáticas de las vetas, la alusión a un mundo natural lejano e inmaculado.
La gran variedad de formatos disponibles en el catálogo permite diseñar texturas diferentes en cada caso. Los listones, por ejemplo, pueden configurar inéditos esquemas decorativos tanto sobre pared como sobre suelo, focalizando las miradas en los elementos principales del dormitorio: la cabecera de la cama, la zona del guardarropa, un rincón reservado a la lectura y el relax.
Los mosaicos de la colección Boom, la decoración de inspiración artesanal de Contrasti y los azulejos hexagonales Rewind pueden responder a la exigencia de caracterizar estos mismos puntos focales en los que se concentran las miradas con un aire aún más decorativo.
Combinados con un pavimento de placas grandes de gres de imitación del cemento elegido en la misma tonalidad y en una textura de sabor vagamente retro, le confieren al dormitorio un encanto inédito, que se puede remarcar optando por una mezcla de decoraciones a medio camino entre lo vintage y lo moderno. Es la ocasión perfecta para devolver a la luz aquella vieja cómoda de la abuela que cría telarañas en el desván a la espera de vivir una nueva existencia.
En la vertiente sensorial un espacio de noche concebido de este modo puede cobrar un valor emotivo todavía más relevante si las placas cerámicas inciden en el tacto, además de en la mirada. Y un efecto cemento enriquecido con cualidades táctiles, ¿qué es, si no una resina?
El tacto suave y liso del material original es reinterpretado por Ragno mediante dos colecciones que prometen amor a primera vista: Resina, propuesta en el formato grande de 40 x 120 cm, y Patina, que alterna tonalidades neutras y matices contemporáneos, con Marsala y Petrolio a la cabeza.
Si la necesidad de color resulta aún más urgente, aquí llega para echarnos un cable la nueva colección Mélange con su patrón chico, de 10 x 10 cm. El brillo de su esmalte la convierte en la herramienta perfecta para conformar la cabecera de una cama a partir del simple recorte de un recuadro en la pared, o también mediante el revestimiento de un volumen tridimensional constituido por hornacinas y anaqueles en substitución de las mesillas de noche.