
Dices Roma y ante tus ojos ves materializarse el perfil de los magníficos monumentos de la antigüedad clásica, las líneas de calles tortuosas empedradas con los tradicionales adoquines romanos, los sampietrini, y la superficie brillante del mármol, protagonista de un gran número de escenarios capitolinos.
Sin embargo la Ciudad Eterna no es solo esto. También es, sobre todo en el panorama de la arquitectura y del interiorismo de los últimos años, búsqueda de una modernidad capaz de dialogar con las construcciones preexistentes, transformándolas en oportunidades para incluir la historia en el bagaje de lo que se vive a diario.
Descubramos juntos la historia de un proyecto del joven estudio BOMORI, formado por los arquitectos Antonio Capalbo, Isabella Palermo, Andrea Romano y Chiara Stefanori. Estamos a unos pasos del Vaticano, reino indiscutible del turismo urbano, donde una joven pareja propietaria de un piso de amplia superficie decide transformarlo en un pequeño inmueble de hostelería provisto de todas las comodidades.
Los proyectistas se ponen manos a la obra y reorganizan los espacios persiguiendo dos objetivos principales: reforzar el diálogo del interior con el exterior, creando entre ellos una estrecha conexión funcional y visual, y combinar tradición e innovación a través de una sabia dosificación de aspectos materiales y cromáticos.
El primer objetivo se concreta, en la fase de ejecución del proyecto, en un recorrido fluido, delimitado por paredes de perfil suavemente curvilíneo que, a partir de la entrada, da acceso, una tras otra, a todas las suites y nos acompaña hasta el final más grato y sorprendente: un extenso balcón equipado para el relax, el disfrute de comidas y el entretenimiento colectivo.
El segundo objetivo, en cambio, se lleva a efecto mediante la combinación directa de materia y color en estado puro. A los pavimentos de los espacios comunes y de los alojamientos privados de O.Effe.Suites se confía la delicada tarea de exhibir el carácter contemporáneo del proyecto, cometido que ningún material puede cumplir mejor que el cemento.
El gres de formato grande y rectificado de 75 x 150 cm de la colección Boom, seleccionado en la luminosa variante Luce, dibuja un fondo continuo de inequívoca autonomía estética sobre cuya base se teje la trama de los nuevos tabiques, que subdividen el piso originario en cinco suites y otros tantos baños privados.
Precisamente en los baños se establece el contraste más convincente entre tradición e innovación. En el suelo el gres de imitación del mármol en el tono Statuario de la colección Bistrot remite a las sugestiones de lo antiguo inducidas por el contexto, actualizándolas a través de la exaltación del valor gráfico de las delicadas vetas grises sobre fondo claro.
En las paredes, en cambio, el protagonista es el color. El baño de cada suite tiene el suyo: se ha aplicado el criterio de catalogar la oferta hostelera por medio de un parámetro visualmente sugerente, inmediatamente reconocible y, a lo largo del tiempo, permanente en el recuerdo de la estancia romana.