Tener a disposición una segunda casa en el campo, en la playa o inmersa en el verde de las montañas es el sueño de muchos. Los afortunados que ya poseen una no pueden dejar pasar la ocasión de aprovecharla de la mejor manera, creando los espacios idóneos para garantizar el relax adecuado, lejos del ajetreo de la vida urbana de todos los días.

Una casa de campo, por ejemplo, puede hacerse acogedora y confortable escogiendo, para diseñar los varios ámbitos, materiales y colores capaces de evocar la naturaleza y sus mil formas, cambiantes como las estaciones y, al mismo tiempo, tranquilizadoras como todo lo que, ancestralmente, concreta el significado de raíces y pertenencia.


Reformar una casa de campo, por tanto, implica tomar decisiones bien determinadas que se pueden resumir en los siguientes puntos:

  • Los colores de las dependencias, tanto si son claros como oscuros, han de tomarse de paletas cromáticas terrosas y naturales; perfectas las gamas del beis, de los ocres o de los verdes, por ejemplo.
  • Es aconsejable que los materiales destinados a revestir suelos y paredes definan superficies agradables al tacto, además de a la vista; así es, el carácter concreto y pleno de lo que nos ofrece la naturaleza tiene que hallar un fiel reflejo en los acabados interiores y exteriores de la casa.
  • El interior y el exterior de la casa de campo han de coexistir sin solución de continuidad, en perfecto equilibrio y armonía; el fluir del aire y de la luz de un espacio al otro debe ser libre, sin que se interpongan obstáculos ni elementos de cierre demasiado marcados, que irían en detrimento de su disfrute informal, en condiciones de absoluta distensión.

 

Ahondemos juntos en varios puntos, recogiendo ideas y sugerencias para reformar y organizar del mejor modo nuestra casa de campo ideal.

 

Todos los colores de la naturaleza para configurar una casa de campo cálida y acogedora

Cuando se duda sobre la selección de los colores para remozar o simplemente cambiar el pavimento de casa —en el campo, como también en la playa o en la ciudad— un truco infalible para hallar la inspiración ideal es abrir las ventanas y, con una mirada atenta, captar la luz y la atmósfera circunstante.

En el campo es fácil que esta sugestión tenga que ver con las copas verdes de los árboles levemente agitadas por el viento, o con las tonalidades doradas de los campos y con el azul del cielo, que se pierde en el horizonte.

Componer la paleta perfecta para reformar, escogiendo, por ejemplo, el pavimento de la casa de campo, se convierte en algo sencillo e inmediato, que puede traducirse en llevar literalmente la naturaleza al interior del hogar. Servirse de la generosa variedad de placas de gres o cerámica inspiradas en materiales como la madera, la piedra o la arcilla permite respetar el requisito estético y, al mismo tiempo, estructurar superficies resistentes y duraderas.

A las placas inspiradas en los materiales que ofrece la naturaleza pueden unirse varios colores capaces de sugerir una atmósfera y dar vida a espacios interiores de toque único y personal.

Es recomendable elegir una tonalidad neutra en primer lugar, para después proseguir con la de uno o dos acentos. Beis y verde, este último articulado en dos variaciones de luminosidad, o bien amarillo y ocre, suavizados con un toque de rosa, etcétera; las combinaciones son poco menos que infinitas pero, antes de extenderlas a toda la casa, conviene probarlas componiendo un moodboard o tratando solo una pequeña parte de las superficies, bien iluminada por la luz natural.

Calidez y pertenencia al territorio transmitidas a través de materiales y colores

Reformar y elegir la decoración de la casa de campo es un proyecto atrayente desde todos los puntos de vista. Si la estética sigue siendo el punto más importante que considerar, no se debe subestimar el placer de apreciar la materialidad y la plenitud de los elementos de la decoración y las superficies a través del tacto.

De hecho, jamás tanto como en una casa inmersa en el paisaje resulta relevante interpretar el proyecto como la implementación de un proceso virtuoso, capaz de conectar al ser humano con la naturaleza.

Huelga decir, por tanto, que la textura superficial y el corazón de los materiales elegidos para la reforma deben cumplir una condición específica: se pueden leer bajo el tacto de los dedos y comunicar sentimientos de calidez y pertenencia.

Para lograrlo, se pueden combinar materiales y elementos de la decoración recién comprados con muebles y con la incorporación de piezas recicladas, en el mejor de los casos descubiertas en pequeños comercios de barrio. Su historia antigua estará sin duda ligada al territorio, por lo que llevada al nuevo hogar, no podrá sino verse enriquecida con nuevos capítulos, confiriéndole al espacio, al mismo tiempo, un carácter precioso e inconfundible.

 

Dentro y fuera de la casa de campo: un juego de equilibrio y armonía

Es probable que quien proyecta comprar una casa de campo se vea impulsado por una intención específica: vivirla, por lo menos durante unos meses del año, sin hacer demasiadas distinciones entre el interior y el exterior. Pasar de los espacios interiores a los exteriores sin interponer elementos de cierre o de discontinuidad permite vivir la experiencia de una casa libre e informal, poniendo las bases de un amor que, con el paso del tiempo, no podrá más que crecer.
 

Hojeando las revistas del ramo de la arquitectura y el interiorismo se encuentran muchas ideas para la decoración de la casa de campo. Los aspectos que las aúnan son:

  • La elección de tejidos y materiales naturales, resistentes y susceptibles de ser utilizados tanto en interiores como en exteriores.
  • Suavidad y frescura de los acolchados que, seleccionados en colores claros, van a resultar fáciles de limpiar y lavar, cuando ello se requiera.
  • Muebles y complementos de tamaños no demasiado voluminosos, ligeros y fáciles de transportar de la sala de estar al jardín.
  • Introducción de elementos reciclados, muy a menudo ya ligados a la fuente de inspiración del proyecto de la casa y portadores de la historia y los valores del territorio.


La flexibilidad y la posibilidad de transformar los espacios de la casa fácilmente son, pues, los requisitos principales para proyectar una casa de campo perfecta para satisfacer nuestra exigencia de relax.